Se pueden usar premios para enseñar el caminado junto. Por premios, nos referimos a algo de comida o un juguete. El tamaño de la comida es un pequeño bocado, no mayor al tamaño de un chícharo y si tu mascota es chiquita o cachorrita, hasta más chica que eso.
Bromeando, le llamamos al tamaño "un mayoral" para perros grandes, y "un johnston" para perros chicos. Es el apellido de los dueños de mascotas que empleaban esos tamaños y la gente, al ver el tamaño, decía que era demasiado chico, pero es lo correcto, porque se trata de que la mascota reciba el premio y siga adelante, sin perder su atención en estar comiendo. Vaya, lo que queremos es que tenga ganas de más. Por supuesto, a los propietarios cuyos nombres inmortalizamos no les hace gracia esta referencia.
En la foto se aprecia "un mayoral" entre los dedos y "un medio mayoral" o "un johnston", a la derecha. No importa lo que se emplee de comida, éstos son los tamaños ideales para trabajar.
¿Qué se puede emplear de comida como premios? Lo que sea, desde premios comerciales, hígado deshidratado (el preferido por los manejadores de perros de exposiciones de belleza), fruta, verdura, salchichas y en general, cualquier alimento que no sea muy duro, que sea sano (las palomitas de maíz contienen el centro, que puede causar problemas) y sobretodo, que le guste a tu mascota. De nada te sirve algo que es muy sabroso para ti, para los demás perros, pero a tu perro no le atraiga en lo más mínimo.
Una observación aquí: No "hambrees" a tu mascota para adiestrarla. Hay adiestradores que dan poco de comer para que los perros estén hambrientos y deseosos del premio, que suele ser su misma croqueta, pero dada durante el adiestramiento. Es una opinión muy personal: No se vale. No se trata de ser miserables y hacer la vida de la mascota igual de miserable. Dále bien de comer y busca algo que le fascine a tu mascota.
Bueno, ya tenemos los premios y los guardamos en una bolsa del pantalón o, como muchos adiestradores gustan, en una bolsa de las llamadas "cangureras". La idea es que se tengas acceso fácilmente a ellos, pero no estén al alcance de la mascota.
Se toma uno o dos premios a la vez y para el caminado junto, con la mano izquierda. La mano derecha lleva la correa. Sí, necesitamos la correa si estamos en una zona amplia o sin cercar, porque muchas mascotas van a preferir correr libremente que quedarse a recibir un premio. Es natural esto y no hay porqué ofenderse con la mascota por esa elección.
Con los premios en la mano izquierda, pon uno entre los dedos índice y pulgar y el resto se oculta en la palma, para deslizarlos después, conforme se vayan usando. Baja la mano y deja que tu mascota huela el premio, pero no se lo des. Ya que tengas su atención, di su nombre seguido de la orden de caminado junto y a la vez la palmada en tu muslo izquierdo, y empieza a caminar con la mano abajo, justo frente a la cara frontal del muslo izquierdo, para que tu mascota ponga la cabeza en el lugar que debe ser, que es junto al muslo, ligeramente hacia arriba, con la mirada en dirección a tu cara. Lo que buscas es que tu mascota haga contacto visual contigo, teniendo la mano que lleva el premio entre ambas miradas.
Si tu mascota se atrasa, ofrece el premio pero no se lo des. Si tu mascota camina bien junto a ti, le vas dando un premio cada cierto número de pasos, número que depende del avance, pues empezamos con un par de pasos, premio, tres o cuatro pasos, premio, cinco o seis pasos, premio, diez pasos, premio, diez pasos y una vuelta, premio, y así.
Si tu mascota se adelanta, no la vayas a buscar; jala un poquito la correa para que no se adelante mucho y ofrece el premio pero no se lo des. Si se jala mucho, haz una media vuelta y ofrece el premio, pero no se lo des. Solo le vas a dar el premio cuando esté junto a ti, aunque sea por una fracción de segundo al principio. Después le irás pidiendo más tiempo junto a ti antes de darle un premio.
Si tu mascota no capta la idea de que junto a ti va el premio, no te desesperes. Deténte, siéntala y dále un premio. Da un paso y detente. Dále un premio. Pero siempre que des el premio, trata de que voltee a verte y por ningún motivo le dejes agarrar el premio del piso. Si se te cae, písalo, muévete, corre, lo que sea, pero que no lo agarre del piso. Si no es de tu mano, no hay premio.
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