Ahora vamos con la pelota como premio. Puede ser un juguete, un muñeco para perro, un Kong o en efecto, una pelota.
Muchos perros son fanáticos de la pelota, pero el problema es que nada más ven la pelota y no paran de brincar, empujar y a veces, hasta salir corriendo aunque no se haya aventado la pelota. Se obsesionan tanto con la pelota, que no hay otra cosa en el mundo más que su pelota.
Normalmente, la pelota se lleva en la mano izquierda, pero si tu mascota es una como la que describí anteriormente, no vas a poder manejarla si llevas la pelota “tan a la vista”. Necesitas esconderla un poco, así que la pasas a tu mano derecha y la vas a mostrar cuando tu perro comience a divagar, a distraerse con cualquier cosa, o incluso, si se aleja de ti.
Una vez que la muestres, NO SE LA DES. Se la vas a mostrar para que se acerque a ti, y si colocas la mano que lleva la pelota junto a tu muslo izquierdo, su cabeza estará ahí, a la altura de una caricia.
Se le da el nombre y la orden de caminado junto, mostrando ligeramente la pelota. Si no le hace mucho caso, entonces se la muestras bien a ver si la quiere agarrar y rápidamente se la quitas. Si no le presta atención, espero que estés sobre una superficie dura y pareja, porque la vas a rebotar en el piso, para llamarle la atención. Si en uno de esos movimientos, tu perro gana el premio, NO se lo intentes quitar pues puede morderte, a menos, claro está, que te conozca tan bien que se lo puedas quitar del hocico.
A diferencia del premio que es comida, en este caso no le vas a dar la pelota a cada rato, sino cuando hayas acabado la sesión, que harás corta, de unos 2 a 3 minutos, no más, porque es probable que llegues al punto en que tu mascota suponga que no se la vas a dar y entonces no le preste ya atención a la pelota.
Lo mejor es estarla mostrando de modo que cuando la vea también vea tu cara y vaya, poco a poco, haciendo contacto visual contigo.
Una vez que ya caminó bien y que todavía tienes su atención, te detienes, sientas a tu mascota y la felicitas efusivamente. Acto seguido, le das la orden de jugar y si tiene orden para ir por la pelota, también se la das, al momento en que avientas la pelota.
La sesión terminó en este momento, bajo tus propios términos y logrando que caminara bien junto a ti. Puedes volver a iniciar otra sesión después de jugar un rato con tu mascota.
Este método se puede emplear para empezar el caminado junto o para pasar al manejo sin correa, pues puedes soltar la correa, dejarla caer y que vaya caminando junto a ti buscando la pelota. Conforme vas avanzando en esta técnica, muestras cada vez menos la pelota, hasta llegar al punto en que solo la sacas cuando es juego.
Una advertencia aquí: Jamás dejes que sea tu mascota quien rompa el trabajo y se ponga a jugar, y jamás saques la pelota sin decirle que ya puede jugar. Ambos eventos pueden hacer que tu mascota sea quien tenga el control y no te va a servir esta técnica para el caminado junto.
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